Aprende con este premio Nobel 💡
Hola, Hola:
Las personas se dividen en:
▪️ Mortales (como tú y yo); y
▪️ Premios Nobel.
En el segundo grupo, está Gabriel García Márquez, conocido en el mundo entero por haber creado un estilo literario: el realismo mágico.
Tal vez lo recuerdes por novelas como:
▪️ Cien años de soledad
▪️ El coronel no tiene quién le escriba
▪️ El amor en los tiempos del cólera
Si no lo has leído, no te preocupes. No es un examen de Literatura ni de cultura general. Solo te pongo en contexto.
García Márquez ganó el premio Nobel de Literatura en 1982. Su discurso de aceptación del premio es un encanto. Se llama “La soledad de América Latina” y gira en torno a que América Latina nació de la imaginación o de la mezcla entre lo ficticio y lo real. Para no ir más lejos, en los Diarios de Colón (que leí en la universidad), este navegante confesó que había visto sirenas un tanto rellenitas.
El mito se hizo realidad.
Pero con una diferencia: no había sirenas en estas tierras. Colón vio manatíes. 😂
La anécdota es graciosa, pero me desvío. Volvamos a García Márquez.
Llegó a ser grande no solo por la magia propia de lo que sucede en el Trópico del Nuevo Continente (la mezcla entre realidad e imaginación), sino también porque en su receta siempre incluía a alguien especial: al lector.
Sin él, no escribía.
Y. Es. Que. Como. Escritor. Tú. Tienes. El. Poder. Sobre. Quien. Lee. (¿Lo ves?)
Así que se trata de un baile que tú diriges, y, como todo baile, no sales a la pista solo. Necesitas una pareja.
Tu pareja en la escritura es tu lector.
En una entrevista, García Márquez lo deja clarito clarito.
Cuando estaba escribiendo Crónica de una muerte anunciada, decidió jugar con el lector.
👉🏻 El libro narra la historia de un secuestro.
Imagina que tienes este libro en las manos y en las primeras líneas sabes que el protagonista lo está pasando mal: le quitan su libertad y la situación es más tensa que los clímax de Steven Spielberg.
Tienes dos caminos:
▪️ Ser paciente y esperar a que el narrador te desvele qué pasa con el protagonista; o
▪️ Darle alimento a tu anaconda de la curiosidad: te saltas las páginas y vas directo a los dos últimos párrafos del libro. Así, descubres si al protagonista lo matan, si se escapa o si lo rescatan.
Este fue el escenario que imaginó García Márquez como escritor, y, palabras más, palabras menos, concluyó: “No, no, no. No me conviene que el lector se salte todo el libro. Yo me adelanto”.
Y ¿qué hizo?
El narrador al final del primer capítulo lo confiesa: matan al protagonista. Pum. 😱
García Márquez construía sus textos adelantándose al lector. Así, el libro ya no se trata de qué pasa con el protagonista, sino por qué mataron al protagonista; lo que lo hace más interesante.
Entonces, cuando escribas (para redes sociales, los informes de la oficina, un correo electrónico o, incluso, un chat), piensa en tu lector: visualiza su camino y, de ser necesario, ubícate tres pueblos más adelante o anticipa la jugada (tal como hizo García Márquez).
De eso se trata.
Por ejemplo, en este texto yo hubiera podido darte la información en un par de líneas: “Piensa en tu lector cuando escribas. Ponte en sus zapatos para adelantarte a sus movimientos. Lee su mente y actúa”.
Pero tú como lector hubieras pensado:
✓ “¿Por qué lo dice Clau?”.
✓ “¿Acaso esto es cierto?”.
✓ “Yo no me lo creo. Yo escribo; por tanto, yo soy el centro”.
✓ “¿Con base en qué lo afirma Clau?”.
✓ “Parece razonable, pero me falta algo”.
Entonces, pensando en tus objeciones (poniéndome en tus zapatos), construí el texto:
✓ Te puse en contexto.
✓ Para que me creas sin chistar, traje a un peso pesado: un premio Nobel.
✓ Te di un ejemplo concreto para que lo veas con claridad.
Y listo. 🙌🏻
La escritura tiene dos puntos clave: tu mensaje o tu idea (qué quieres comunicar) y tu lector. Sin este último no hay texto; solo serían palabras arrumadas en un papel o en la pantalla. Es el lector quien completa tu texto y, si lo quieres, quien, en últimas, hace tu texto.
Entonces, piensa en él. Comunica tu idea o tu mensaje pensando en él.
Y es aplicable para todos los textos; ni creas que solo es para las novelas. En un informe laboral o en una presentación en el trabajo es igual: identifica cómo tienes que dar la información para que tu lector o tu interlocutor quiera seguir leyéndote o escuchándote.
👉🏻 Lo logras pensando como él, usando sus zapatos, entendiendo sus objeciones y sus necesidades.
No escribes para ti. Escribes para tu lector.
Chaíto 🙌🏻,
Clau
Aprende
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Los inicios de sus novelas son tan perfectos que puedes escribir igual para asegurarte de interesar desde la primera línea y, sobre todo, lucir profesional.
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Confesión
¿Sabes? Me siento rarísima escribiéndote sin escribir tu nombre. 😱
Me siento desencajada porque no es 100 % blog ni es 100 % newsletter. Está a medio camino.
Te abro mi corazoncito: me tomó tiempo estructurarla, y lo más probable es que tenga fallos en la estructura mientras la entiendo bien y adopto esta nueva escritura. 🫣
Lo divertido es que las palabras siempre se acomodan al formato. Solo necesitamos entenderlo bien (y es lo que me falta, pero lo lograré en menos de lo que canta un gallo).
Un abrazo. 🙌🏻