Hola, hola:
Te doy la bienvenida a la edición #12 de Escribe con Clau y luce profesional. Si estás desde el principio o acabas de llegar, gracias por leerme. 💜
Escribir es como correr, y no lo digo porque ambos sean buenos para el corazón, que también, sino porque mejoras con la práctica.
Si no estás acostumbrado, pagas caro correr cualquier distancia: sientes que te falta el aire, las piernas te pesan, quieres parar, sientes que mueres lentamente y ni te cuento cuánto dolor se apodera al otro día de ti por el ácido láctico que parece haber tomado posesión hasta de tus pestañas. Y, claro, lo lógico es decir: “Hasta aquí. No vuelvo a hacerlo nunca más. Esto no es para mí”.
No te juzgo. Soy igual. Pero escribo… y corro. 🫣
Lo he logrado con disciplina e identificando cuáles son los bloqueos.
Al escribir son tres:
1. Falta el qué
2. Falta el porqué
3. Falta el para qué
Y, con la ausencia de estos tres, te llenas de miedos, miedos paralizantes con los que terminas echando culpas y sacando excusas:
• “Es la hoja en blanco”.
• “Es que no me siento con inspiración suficiente”.
• “Lo dejaré para mañana”.
La ausencia del qué
Hemos adoptado una mala costumbre: creemos que las ideas llegan cuando nos sentamos a escribir. Y no. Las ideas llegan antes.
La ausencia del qué se refiere a que no hay un mensaje (ocurre en el 100 % de los casos): no sabes qué escribir, y sin saber qué hacer lo más natural es no hilar palabras.
Si tienes un mensaje, escribes. Es así de sencillo.
Con ausencia de mensaje, no puedes escribir.
No hay más ciencia detrás.
Sin embargo, en este momento estás pensando: “Clau, esta vez, estoy en desacuerdo contigo. Yo sé qué quiero escribir”. Y aquí es cuando te rompo el corazón (lo siento 😔): la verdad es que vives una falsa ilusión. Crees saber qué mensaje quieres transmitir, pero desconoces cuál es el mensaje.
Imagina que tienes que escribir Cenicienta (con tus palabras). Lo más probable es que describas a las hermanastras y dediques un párrafo entero al brillo de la zapatilla. Pero ¿el mensaje son las hermanastras? ¿El mensaje es la zapatilla?
No.
El mensaje es que, sin importar la dureza de la vida, al final hay justicia con felicidad.
Cuando tienes claro esto, sabes que hay puntos críticos en la historia:
- La crueldad de las hermanastras y la madrastra
- La tristeza de ser una persona buena pero estar condenada a no ser feliz.
- La magia de un hada madrina que llega a salvar la noche.
- La angustia que produce que el reloj marque las 12 y el sueño desaparezca.
- La felicidad de que las zapatillas no les queden a las hermanastras y que la Cenicienta se convierta en princesa.
Son estos puntos críticos los que harán que, sin que seas Gabriel García Márquez, Cervantes ni Cortázar, a tus lectores les guste tu cuento de la Cenicienta (aunque hayamos leído la Cenicienta tropecientos millones de veces). Esto, porque hay un mensaje claro: al final, la vida es justa.
Lo mismo pasa con los correos electrónicos, los informes empresariales y las publicaciones en redes sociales.
Identifica primero el mensaje, y lo demás será pan comido.
La ausencia del porqué
Si no sabes por qué haces A o B, te dejarás llevar por la corriente externa, y naufragarás o te hundirás.
Esto es: necesitas tener claro por qué escribes el correo, el informe o las publicaciones. Sin esto, tu cabeza empezará:
• “Pero Pepito creerá blablablá”.
• “Las personas dirán blablablá”.
• “Me criticarán”.
Sienta bases sólidas para no dejarte llevar por el miedo y, sobre todo, para que no te pegues un tiro en el pie:
• “Como temo que me tomen por poco profesional, voy a escribir con palabras supertécnicas que nadie entiende”.
• “Como tengo miedo de que me juzguen y digan que escribo mal, voy a escribir como si fueran las líneas de El Quijote: con oraciones larguísimas”.
• “Como no quiero que duden de mí, me aseguro de no comprometerme con ningún punto de vista o me quedo en lo superficial”.
Y ahí es cuando:
❌ Los correos electrónicos no se entienden.
❌ Los informes empresariales son un somnífero.
❌ Las presentaciones empresariales son una lectura en voz alta mal hecha.
El porqué puede ser el porqué romántico de Simon Sinek, que explica en su Círculo dorado. En este caso, necesitas un proceso de autoconocimiento sincero. En mi experiencia, pocos lo hacen. Tememos mirarnos y reconocernos tal cual somos. Entonces, resulta ser un proceso largo y tortuoso del que las personas salen mal libradas.
Si lo haces, es fantástico.
O el porqué puede ser práctico:
• “Porque quiero explicar A y B, porque las personas siempre se enredan”.
• “Porque estoy hasta la coronilla de que todos tengan un libro y yo no”.
• “Porque necesito advertir a la empresa que, si sigue como va, quebraremos en 6 meses”.
No vamos a debatir qué porqué es mejor: si el romántico o el práctico. A mis ojos, hay un momento para cada uno y los dos son necesarios. Y lo que de verdad importa es identificar la razón por la que quieres comunicar algo.
La falta de para qué
Este punto está ligado con el anterior porque la razón y el objetivo van de la mano. Pero son diferentes.
Con un objetivo en mente, sabes qué ángulo darle a tu idea y qué tono darles a tus palabras.
Aquí es cuando estableces si solo quieres exponer (como si fueras la Wikipedia) o quieres convencer, si tu objetivo es abrir un debate o contar una historia con moraleja para facilitar el aprendizaje.
Conclusión
No se trata de sentarte y esperar que las musas te inspiren. No hay tal. Se trata de un trabajo en el que:
1. Organizas tus ideas.
2. Tomas una y desechas las demás.
3. Estructuras la idea ganadora.
4. No te quedas en las meras descripciones (la zapatilla de la Cenicienta vale lo que una moneda de cuero si no tienes claro el mensaje).
5. Identificas por qué escribirás (que resultará ser más grande que las críticas imaginadas que no han ocurrido y a las que les temes).
6. Estableces para qué lo haces: determinas un objetivo para cumplirlo (escribir es como todo trabajo: no lanzas la flecha al aire, sino a una diana).
La única forma de vencer el miedo a escribir es practicando, teniendo un plan y sabiendo que escribir es ordenar tu idea.
👉🏻 Una vez lo tengas, te entenderán fácil en un correo electrónico, expondrás tus ideas en un pispás en una presentación y tus informes empresariales dejarán de pertenecer al cerro de papeles que nadie quiere leer.
Chaíto 👋🏻,
Clau
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