Te doy la bienvenida a la edición #19 de Escribe con Clau y luce profesional. Hoy vamos a desempolvar a la gallina y el huevo. ¿Qué fue primero?
¿Primero es la percepción o la palabra?
Para escribir la publicación sobre cuántos blancos ven los esquimales (es fascinante que vean tantos blancos y nosotros no), le hice la pregunta a san Google. Sabía que veían más blancos que nosotros, pero no tenía un número exacto, y, como sabes, un texto es más persuasivo y convincente si incluye números.
❌ Los esquimales ven más blancos que nosotros.
✅ Un esquimal puede diferenciar 30 tipos de blanco. Nosotros, no.
¿Ves cómo cambia solo por el número?
Pero esa es otra historia.
El caso es que como san Google es tan generoso me sugirió un blog sobre la relación entre los colores y la lengua materna. Un poco porque tengo un alma de ñoña y otro poco porque soy supercuriosa, cliqué de inmediato.
Nuestra palabra azul abarca esto: 👖🔵🪣🚙🐬🐟🐋
Si queremos decir que es un azul oscuro, como los pantalones, agregamos una palabra: azul oscuro. Si queremos decir que es claro, agregamos otra: azul claro o azul celeste.
Todo es azul.
Resulta que los griegos dicen ghalazio para referirse al azul claro y ble, para el azul oscuro.
Hasta aquí, se trata de una palabra (ellos) en lugar de dos (nosotros).
Pues, resulta que los griegos diferencian visualmente con más precisión los azules que nosotros (los de habla hispana). Ven el azul claro (ghalazio) más distante del azul oscuro (ble).
Es decir, al nombrarlos de forma diferente, perciben los colores de forma diferente.
La pregunta es: porque ven los colores diferentes, ¿los llaman de forma diferente? O, al llamarlos de forma diferente, ¿los perciben de forma diferente?
El huevo y la gallina. Te lo dije. 😉
Pero no voy a liarte con esto. Ya estuve yo media mañana deleitándome pensando si por ver colores diferentes, los llamamos de forma diferente, o son las palabras las que nos hacen verlos diferentes (porque en términos prácticos los griegos, por su latitud y ubicación de la isla, ven azules diferentes que yo, por mi latitud y por vivir entre montañas).
El caso es que la comunicación y las palabras son un punto de vista, y tú, como usuario de las palabras, tienes la capacidad de influir en el punto de vista de tu lector para que vea lo que tú.
La comunicación es un punto de vista
Imagina que tienes que rendir cuentas a tu jefe y enviarle un correo con los resultados semestrales de satisfacción de los clientes.
Resultados:
El 90 % de los clientes está satisfecho.
El 10 % de los clientes está insatisfecho.
En términos prácticos, da lo mismo. 90+10 = 100
Pero a tu jefe no le dará igual que tú escribas una o la otra.
Si escribes en el correo que el 10 % de los clientes está insatisfecho, te espera un jalón de orejas de aquí hasta Plutón. 10 % es algo para corregir.
Pusiste el foco en el error (la insatisfacción de los clientes) y en un número importante: de 100 clientes, 10 no quieren saber de la marca.
Ahora, haz lo contrario. Escribe un correo para informarle que el 90 % de los clientes está satisfecho. Lo más probable es que te felicite y hasta te obsequie un bono o un buen jamón en Navidad.
Pusiste el foco en lo positivo y hay un número importante (90 es casi 100).
Al igual que los colores, hiciste que tu lector (tu jefe) viera algo específico y lo viera con claridad.
El 90 % de los clientes está satisfecho. ➡️ La empresa va bien y la estrategia que hemos montado tiene resultados.
El 10 % de los clientes está insatisfecho. ➡️ La empresa va mal y hay que modificar la estrategia, las tácticas y, si es necesario, hasta cambiar de personal.
Tus palabras crean un mundo para tu lector, como el ghalazio y el ble.
❌ Saber comunicarte no va de escribir con un vocabulario rimbombante para crear la ilusión de que sabes hasta lo que no se ha inventado.
✅ Saber comunicarte es plantar una idea en la cabeza de tu lector de forma efectiva, como el ghalazio, el azul y el ble, para que tu lector vea lo que tú quieres que vea.
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Chaíto 👋🏻,
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