En la edición #7 de Escribe con Clau y luce profesional, los protagonistas son los signos de exclamación.
Versión corta: No los escribas.
Versión larga: Nos los escribas; descubre por qué. ⤵️ 😉
Vacúnate para prevenir la exclamacionitis aguditis
En este momento, hay signos de exclamación por doquier: correos electrónicos, chats, redes sociales, mensajes de publicidad. Los únicos que se salvan son los informes laborales (lo digo porque no he leído ninguno recientemente, porque fijo ya están ahí también 😂).
Tendemos a creer que, para aumentar el nivel de emoción o expresividad, ¡¡¡tenemos que escribir así!!! O ¡así! Pero la verdad es que demasiados signos de exclamación son difíciles de leer. ¡Es que mira! ¡Es dificilísimo! Además, ¡¡¡cómo puedes estar emocionado todo el tiempo!!! Si lo escribes todo entre exclamaciones, ¡al final nada resulta expresivo!
Entonces:
Primera razón para no escribirlos: dificultan la lectura, la interrumpen, y ya sabes que tu lector merece tapete rojo y que le facilites su vida lectora.
Segunda razón, parecen un ataque o gritos exagerados.
¿Qué sentiste con el párrafo que llené de signos de exclamación? Ahí tienes la respuesta. 😉
Con el uso excesivo de los signos de puntuación sientes lo mismo que cuando la persona de atrás patea tu silla, tac, tac, tac.
🤯 😡
Es de las peores sensaciones, ¿verdad?
Entonces, descartados. 🙌🏻
Y la tercera razón es que, si escribes palabras lo suficientemente expresivas, no necesitas las exclamaciones… en la mayoría de los casos.
Por ejemplo:
• Dijo:
—¡¡¡Gol!!!
• Gritó:
—Goooooooool.
En el primer caso, hay triple signo de exclamación y en apariencia demuestra una emoción disparada. Pero se trata de una falsa ilusión, porque, comparado con el segundo, se queda corto.
Esto, porque en el segundo caso, al cambiar decir por gritar, bum, aumentas el dramatismo o la expresividad del texto; lo mismo, al multiplicar las vocales. Así, no necesitas los signos de exclamación. 😉
En un correo electrónico:
• ¡Buenos días, Juan!
• Hola, Juan:
Pasa lo mismo. La primera línea (el saludo formal con signos de exclamación) solo crea una ilusión de cercanía, pero los signos de exclamación (informales) chirrían con la fórmula de saludo (formal) y hacen que no sientas que hay una emoción genuina. En el segundo caso (sin signos de exclamación), recibes el saludo con cercanía.
Y un extra sobre los signos de exclamación
Si llegaras a escribirlos porque es inevitable (como en un: “¡¡¡Te quiero!!!”, un uso necesario y correcto), asegúrate de que sean naturales; es decir, no los fuerces.
Cuando fuerzas una emoción con tu lector, tu lector la rechaza, porque a nadie le gusta que lo fuercen a nada. Además, sentimos lo forzado como algo no genuino, algo para desconfiar.
Entonces, no se trata de ser cool y usar los signos de exclamación para sonar menos oficinesco y crear la ilusión de que eres una persona cercana.
Se trata de que, si los escribes, vayan en línea con tu personalidad o la personalidad de la marca que representas (la empresa donde trabajas).
Por ejemplo:
• ¡Gracias, señor Rodríguez! ¡Nos vemos el martes en Zoom!
• Gracias, señor Rodríguez. Hasta el martes.
¿Cuál sientes genuino?
Lo más probable es que sea la segunda opción. La primera, por A o B, la rechazas y te parece una escritura forzada. La segunda, no.
Conclusión
Aunque estén de moda o su uso se haya multiplicado, no caigas en tendencias sin sentido.
Hay unas divertidas (como los memes, los videomemes o reírte en el texto: ja, ja, ja), pero hay otras que pueden ser una piedra en el zapato para tu profesionalismo, como publicar una foto de tu trasero al estilo de las Kardashian o abusar de los signos de exclamación.
Chaíto 👋🏻,
Clau
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