Te doy la bienvenida a la edición #15 de Escribe con Clau y luce profesional. Hoy: la lectura como parte indispensable de tu escritura.
Lee, no supongas
Cuando era coordinadora editorial, recibí un correo de la editora jefe pluma blanca (la mandamás). Era de carácter urgente y tenía un jalón de orejas.
Cerraba con un: “Lee X página”.
De inmediato, busqué el archivo, encontré la página y leí: puto final.
Así, tal cual. 😂
En realidad, tenía que decir punto final. Se trataba de un libro de ortografía y en esa unidad los estudiantes aprendían el uso del punto final.
El editor no se dio cuenta de que faltaba la ene en punto.
Otro día, cuando era profesora de redacción en una universidad, una estudiante hizo una reflexión sobre los falsos positivos (en Colombia, los falsos positivos son aquellos campesinos que ejecutaron y, luego, hicieron pasar por guerrilleros para justificar su ejecución y aumentar el número de guerrilleros caídos en combate).
A la mitad del documento, leí: falos positivos.
Así, tal cual. 😂
Y, para vergüenza de mi estudiante, no lo escribió una sola vez. De la mitad del documento en adelante a falsos le faltó la ese.
Por fortuna, ninguno de los dos casos pasó a mayores, salvo mis risotadas (sola) y verme forzada a guardar la compostura para mostrar el error y pedir que no volviera a suceder.
¿Qué pasó?
👉🏻 Al leer lo que escribimos, solemos suponer qué dice.
La verdad es que nuestro cerebro es perezoso y se aburre. El tuyo, el mío y el de Pepito, el de la esquina. Todos los cerebros son iguales.
Con la cantidad de energía que consume, no la desperdicia.
Cuando leemos el mismo texto más de una vez, nos anticipamos y suponemos. “Ya lo leí. No me voy a esforzar”, es lo que piensa el cerebro (y lo hace).
Esto, sin contar que, aunque leamos las letras en desorden, sabemos qué dcie el txteo, semipre y caundo la priemra y la útlima lerta sean las correctas.
Entonces, es común que, si escribes falo en lugar de falso, no te des cuenta.
Lo anterior no quiere decir que esté bien y que nos justifiquemos con el famoso: “Es normal” o “A todo el mundo le pasa”. Diría mi abuelita: mal de muchos, consuelo de tontos.
Lo único que comprueba es que el cerebro es ciego ante los errores, sobre todo, los propios (los ajenos los señala como si fueran monumentales).
La solución para escribir mejor: lee
No supongas. Lee letra a letra.
Al principio, te toma más tiempo. Es cierto. Pero después te acostumbras y evitas sonrojarte como mi alumna y avergonzarte como el editor.
Otras tres acciones que ponen fin a estos errores son:
▪️ Cambia el formato.
Como el cerebro se acostumbra al texto y empieza a suponer, gánale. Lee el mismo texto en un formato diferente.
Si estás en Word con letra Arial, cámbiala a Times New Roman. El cerebro creerá que es un texto nuevo.
Eso sí, asegúrate de que la tipografía no se parece. Si es de Arial a Helvética, te da igual porque son tipografías parecidas. Te toca de una tipografía sin serifa (Arial) a una con serifa (Times New Roman) o viceversa.
La serifa es la cuña que tienen las letras al inicio y al final.
Otro ejemplo es escribir el correo en el correo y, luego, pasarlo a Word. Tiene el mismo efecto: para tu cerebro es un texto nuevo.
▪️ Lee el texto como si no lo hubieras escrito tú.
Como lo escribiste tú, supones qué dice; al fin y al cabo, tú fuiste el de la idea, sabes qué has escrito y, para no darte palo (no machacarte), tiendes a ser indulgente.
No te juzgo. Es un hecho, y les pasa a todos los seres humanos (yo, la primera).
Entonces, cuando leas tu texto, léelo como si no lo hubieras escrito tú. Evalúalo con ojos de un tercero.
✓ Somos más críticos con un extraño.
✓ Nos encanta ver y señalar errores en los demás.
✓ Puedes simular la experiencia de tu lector (y evitar que te juzgue).
▪️ Escribe primero, edita después.
Cantar y silbar al tiempo es imposible. Lo mismo pasa con la escritura y la lectura detallada para cazar errores. No las haces al tiempo.
Deja pasar dos o tres días de la escritura de tu texto. Después, léelo.
Claro, es lo ideal. Podemos hacerlo con publicaciones en redes sociales, informes laborales o presentaciones comerciales. Pero no con los chats ni los correos electrónicos.
Entonces, necesitas hacerlo con los primeros y acostumbrar a tu cerebro a la lectura crítica (la lectura de evaluación y caza de errores). Una vez lo acostumbres, puedes escribir un correo y leerlo inmediatamente después para asegurarte de que las letras son las que son y que tu mensaje es el que es.
👉🏻 Dedícate a cazar errores propios. Aunque los falos positivos son más divertidos que los falsos positivos, mi pobre alumna escribió un texto sin sentido y perdió su idea por falta de una ese. ¡Una s!
Y ni te digo qué hubiera pasado sin la ene de punto final. 😂
Chaíto,
Clau
Leerlo y no compartirlo es como bailar vals solo.
Y leerlo y no suscribirte es como encontrar un tesoro y dejarlo enterrado.